31/10/08
Elecciones en EE.UU. (I) Obama visto desde Europa
En Europa, Barack Obama causa euforia. Si los europeos votaran en las elecciones estadounidenses, arrasaría. Sorprendentemente para nosotros, el candidato demócrata a la Casa Blanca no saca tanta diferencia a John McCain como nos gustaría.
Muchos analistas dicen que EE.UU. es una nación conservadora, y que por ello les cuesta votar a un “progresista”. Sin embargo, buena parte de los progresos de la Historia, comenzando por el desarrollo de la libertad, son productos norteamericanos. Lejos de ser ése el motivo, la cuestión es mucho más sencilla: allí le conocen mejor.
Gran parte del socialismo europeo, y puede que en España más aún, abrazan a Obama sin conocer muchas de sus ideas. Por ejemplo, él cree que los homosexuales pueden unirse civilmente, pero en ningún caso constituir un matrimonio. En España, ésa es una opinión etiquetada de “ultraconservadora”.
También es contrario a la guerra de Irak, como gran parte de la sociedad española. Eso dice, porque comenzó a criticarlo cuando era políticamente rentable. Él no votó a favor porque no era senador entonces, pero sus compañeros de partido, que ahora también critican la guerra, sí votaron a favor.
Ahora bien, su argumento no es el pacifismo europeo. Es que Irak distrae la atención de la guerra en Afganistán. Tal vez muchos aquí ignoran que, en caso de ganar las elecciones, Obama estudiará a fondo una posible invasión a la franja noreste de Pakistán.
En otros temas, pueden encontrarse más sorpresas. Por ejemplo, él cree que tener un arma es un derecho, además garantizado constitucionalmente. Y, de igual forma, cree que el Estado puede arrogarse la capacidad de quitar una vida a través de la pena de muerte, por ejemplo, a violadores de menores. Aunque bien es cierto que en estos últimos temas ha fluctuado tanto, que cuesta creer que su convicción sea muy profunda.
En el fondo, a Europa no llega más que una imagen, un producto de marketing. Nuestra simpleza es tan patente que nos mostramos eufóricos por un candidato cuya ideología aquí repugnaría a los socialistas y los centristas. Muchos dirán que es por comparación con el adversario, pero yo creo que si alguien piensa que la ideología es relativa, que no depende de en qué creas sino del contexto, es que no cree en las ideas. Tal vez sí en la estética.
Realmente Obama tiene propuestas e ideas. Para mí, unas son buenas y otras no tanto. Pero como no ha hecho gran cosa en su vida política, aún puede rellenarse con lo que a cada uno le gustaría que fuese. Al final, entre lo que ignoramos y lo que nos inventamos, cada uno ha creado en Barack Obama a su candidato ideal.
30/10/08
Vientos obamitas
The world isn't flat, it's flattened
"The financial crash exposes the fragility of large swaths of the world. The political consequences will be terrible. The worst of it is that America will not be around to moderate the melee, not if Democratic Senator Barack Obama is elected president, that is. Those who objected to America's role as world policeman will get what they wanted, but they won't like it: a religious war reaching from Lebanon to Pakistan, and Colombian-style narco-war spreading to Mexico and Brazil."
Traductor de páginas web para aquellos lectores que deseen la versión en español.
El dilema de las Reducidas
29/10/08
La guerra de dos mundos
Existe en cada uno de nosotros la tendencia a entregarnos y a replegarnos. Como una lucha constante, quizá de ser uno con todo. Las circunstancias y la voluntad nos llevan por uno u otro camino, y algo parecido suele suceder con las civilizaciones que han sembrado de días este planeta.
China, con sus cuatro mil años de historia, es el ejemplo más claro de esta balanza tan descompensada, que se decanta unas veces por la apertura y otras muchas por el ensimismamiento, como si se le pudiera poner una cerca a los cometas.
La dinastía Qin fue corta. Entre 221 y 206 antes de Cristo, el emperador Qin Shi Huang, mediante una administración eficaz y un ejercicio del poder despiadado, unificó los estados e inició la construcción de la Muralla para defenderse de las invasiones nómadas. Con la dinastía Han, que perduró hasta 220 después de Cristo, llegó el expansionismo militar. La corrupción y las rivalidades llevarían a nuevas rebeliones y a divisiones internas en tres reinos. La dinastía Ming (1368-1644) libró a China del dominio mongol y reconstruyó la agricultura en sus dos primeros reinados, pero la corrupción acabó convirtiéndose en un Saturno que todo lo devoraba. Rescato parte de un artículo que publiqué en esta misma columna hace unas semanas sobre la Flota del Tesoro para tratar de ilustrar el efecto devastador que tuvo para China el aislacionismo:
“Partió en 1405 desde el puerto de Liujiagang, en la que sería la primera de siete expediciones. Eunuco. Musulmán. Chino. Durante 28 años, Zheng He comandaría la flota del Tesoro. Su misión, ideada por el emperador Chengzu, consistiría en promover el intercambio y la cooperación con naciones y civilizaciones de todo el mundo. El imperio Ming se estaba abriendo al mundo y una flota con 27.000 hombres se encargaría de estrechar los lazos. A lo largo de casi tres décadas, la flota del Tesoro cumplió con éxito su cometido y China logró establecer vínculos comerciales con Asia y África que trajeron prosperidad a la nación.
Pero Zheng He no regresó de su séptimo viaje. Su huella desapareció durante seis siglos, quizá porque los confucionistas desplazaron a los eunucos, lo que llevó a China a replegarse, nuevamente, sobre sí misma.”
La Flota del Tesoro fue quemada y se reforzó la muralla con sistemas de defensa mucho más sofisticados. El confucionismo apartaba a China del mundo.
La dinastía Qing, la última que rigió los destinos de China, sumiría al país en un caos de corrupción y aislacionismo. 1933, 1966, 1976, Chang Kai-shek, Mao y Deng Xiaoping son fechas y nombres que ya nos quedan muy cerca.
La reflexión sobre la eterna China trae paz. Nos ayuda a relativizar nuestra presencia en el mundo como españoles. Más aún como catalanes. Pienso en nuestras pequeñas murallas. Los Pirineos, el Ebro. Tan frágiles, tan superadas. Era necesario el nacionalismo para que nada se moviera en este pequeño corral de siete millones de almas. La Flota del Tesoro catalana fue la tecnocracia franquista. Cuando España ya no era negoci, tomaron las calculadoras y concluyeron que la independencia o la OPA pura y dura mantendrían las cuentas sanas. Quemaron las naves que habían traído prosperidad y paz.
El aislacionismo suele llevar a las sociedades a la ruina y no surge como respuesta, sino como prisión preventiva para masas sospechosas de pensar por sí mismas. La Gran Muralla no era eficaz per se. El poder radicaba en lo que simbolizaba. No mantenía al mundo fuera de China, sino a los chinos alejados del universo.
Papini para españoles
"Herbert Spencer ha combatido el Estado, es cierto, pero lo ha combatido en cuanto funciona mal, no en cuanto es limitación de libertad aunque funcione bien, de limitación más grande cuanto mejor funcione. Ha combatido el Estado, pero no ha combatido ni la sociedad en general, ni los varios grupos humanos, ni todas las demás formas de esclavitud colectiva, consciente o inconsciente, de que somos víctimas todos los hombres."
Estética y voto: José Luis
Antaño, el careto del presidente se calificaba como relamío. Si se decía relamido se le sisaba énfasis. Ni qué decir tiene que queda mucho más explícito que remilgado. Remilgado es un término para sus señorías. Relamío es del pueblo llano. De chirigota de Cádiz. José Luís Rodríguez, alías el Relamío. Quiero reivindicar ese apelativo.
El genuino relamío tiene esas entraditas capilares que se van disimulando según los antojos del estilista de turno. La alopecia no es buena consejera. Tiene esa barbilla prominente o esos boquita retraída que nunca se sabe bien los antojos de la naturaleza para donde tiraron. Boquita que fruncen cuando no le dan la razón que es casi siempre. Lo tunearon con el flequillo y la gente se partía el pecho de la risa. Le tunearon las cejas de Mefistófeles y el cachondeo aumentó cantidad de decibelios. Pero, ay, hombre de Dios, guarda para cuando no hay. Que no te tuneen todo de una vez, que cada vez te pareces más a Mr. Bean.
Ahora, con lo que ha despertado la hilaridad general ha sido con el berrinche de la reunión de Bush. Ha cogido tal rebote que está dando más vuelta en busca de apoyos que un mariquita en la feria de Sevilla. Mira, José Luís, te vas a Doñana. Llamas a Chávez, a Evo Morales a Fidel, eso sí, con su chándal de petanquero o de Luís Aragonés, y al compañero Ortega y te montas un guateque alternativo. Que sí, que tú puedes. Para eso eres el Relamío.
27/10/08
Por qué dejé de ser de derechas
"No me pasaré a ningún otro partido. Seguiré luchando por mis ideas desde la independencia. Quizá, si en el futuro naciera un partido de centro que se esforzara en superar la crispación y división en la que está cayendo nuestra sociedad, volvería a adoptar un nuevo compromiso. La política siempre fue necesaria. Ahora, más que nunca." Así se despedía del Partido Popular Manuel Pimentel, ex ministro de Trabajo, en marzo de 2003. Aunque en ese momento no compartí su postura frente a la guerra de Irak, el tiempo y muchas decepciones me han ayudado a comprender mejor su demanda de democracia interna y de respeto a todos los puntos de vista.
El recuerdo de la despedida de Pimentel y la presentación del interesantísimo Por qué dejé de ser de izquierdas, de Javier Somalo y Mario Noya, me llevó hace unos días a preguntarme por qué dejé de ser de derechas. Porque si alguna vez me consideré de derechas fue, sobre todo, como posición frente a una izquierda dogmática, totalitaria, apátrida e incapaz de hacer la menor autocrítica y de pedir perdón por sus crímenes. En realidad, la dinámica social me empujó, como al resto de los ciudadanos, a tomar partido en una dicotomía tan absurda como nuestra historia reciente. Supongo que en eso consiste ser español desde hace un siglo. Craso error el mío en todo caso, porque, con la mejor voluntad, como la de la mayoría de simpatizantes de PSOE y PP, contribuí a agravar el problema que creía combatir. El mal menor no es más que el ralentizador del desastre que nos negamos a ver.
La segunda legislatura de Aznar comenzó a abrirme los ojos. Sí, Federico Jiménez Losantos y algunos pocos más siempre habían desconfiado de nuestra derecha, pusilánime y vendepatrias, pero España estaba despegando, o, al menos, eso parecía, y, tras la pesadilla del felipismo, el horizonte se veía despejado. Pero el rumbo de Aznar se torció pronto. Su política de medios fue desastrosa y entreguista, no midió las fuerzas en su guerra soterrada de independencia de la metrópolis francesa y, cual vulgar reyezuelo, designó como sucesor a uno de los tipos más lamentables, incompetentes y patéticos que se recuerdan al este del río Pecos. El protagonismo estelar de la derecha en la construcción de la versión oficial del 11M me hizo perder el poco respeto que ya sentía por ella. Una derecha que ha renegado de sus bases, que ha optado por la simbiosis con el PSOE y ha elegido un discurso del que jamás nada constructivo saldrá: presentarse como el mal menor para nanogobernarnos cuando herede el poder.
¿Qué alternativa queda para los millones de solitarios corredores de fondo que empiezan a poblar las carreteras de España? ¿El exilio interior, como en Cataluña? ¿El cinismo? ¿El zapaterismo disfrazado de Rosa10? ¿El partido de centro que espera Godot Pimentel? ¿O quizá la tercera vía a la española en forma de liberalismo y asentado en la premisa España y Libertad? Mi propuesta, modestamente, empezaría por la desbunkerización de la opinión panoptizada. Creo que sería el primer paso para que socialistas, comunistas, conservadores, centristas y separatistas de distinto pelaje lleguen a comprender lo lejos que nos encontramos de un sistema democrático saludable con este presunto líder de la oposición que se permite insultar a todo un país de esta manera: No es momento de pasar factura a Zapatero, sino de evitar que se le pase factura a España.
Nos movemos en paradigmas muy movedizos y más nos valdrá a todos acertar esta vez, para así, dentro de un par de décadas, escribir libros y artículos en los que afirmemos por qué seguimos defendiendo los mismos colores que en este octubre mediocre de 2008.
Artículo publicado en Libertad Digital
26/10/08
Invisibles al mundo
Algunos dicen que ha sido el resultado de una evolución darwinista de la ideología mundial. Otros, que una mera cuestión de azar. Pero el hecho es que a Zapatero le ha tocado gobernar en un contexto internacional que no le gusta. Donde debería sentarse Ségolène Royal, está Nicolas Sarkozy; donde merecía mandar Schröder, se sienta una fracasada llamada Merkel; en el asiento que debería ocupar un político de la izquierda italiana clásica, se llame Prodi o Veltroni, se ha sentado un político con ademanes autoritarios llamado Berlusconi. Lo peor de todo es que, en la cabecera de esa mesa donde se toman algunas de las decisiones más determinantes de Occidente, no se sienta quien debería, un patriota llamado John Kerry, sino un tejano cuyo nombre es sinónimo de insulto, recurso literario sobre el que cargar todos nuestros males: George W. Bush.
Yo nunca contrataría a Zapatero como asesor de apuestas, o como gestor de fondos. Él se mueve en la esfera internacional siguiendo un patrón ciego de afinidades ideológicas, olvidando las consecuencias de sus decisiones y su responsabilidad como representante. En las elecciones de países importantes, en lugar de expresar su preferencia por un candidato con elegancia y discreción, se involucra con radicalismo, denigra y hace campaña en contra del adversario, que, casualmente, suele ganar las elecciones.
George W. Bush se ha transformado para Zapatero en un eslogan socialista; en una frase hecha que significa “extrema derecha”, “conservadurismo ominoso” o “fascismo imperial”. El antiamericanismo español es necio porque no entiende que detrás del presidente de EE.UU. se halla más de la mitad de los americanos. Y peor aún, que la bandera de barras y estrellas representa, no sólo a todos los estadounidenses sin excepción —allí nadie reniega de su patria, ni se acusa de adueñarse de los símbolos a quien hace uso orgulloso de ellos—, sino a buena parte del mundo que entiende que los valores americanos, la libertad y la igualdad de oportunidades, son el motor que nos ha hecho progresar más que en ninguna época de la historia.
Porque no hay que olvidar que, sin EE.UU., Europa sería aún pasto del totalitarismo nazi o comunista. Que cuando en Europa nos pusimos a jugar con las ideologías, y se empezó a idealizar el Estado como ente supremo, nos enzarzamos en las dos guerras más sangrientas e irracionales de la historia, en los más atroces genocidios, y que fueron los americanos los que desembarcaron en un continente ajeno para defender la libertad del mundo, haciendo un enorme sacrificio por una cuestión de principios, en uno de los grandes actos de generosidad de la historia. Después de eso, el antiamericanismo ha sido nuestra irresponsable respuesta.
Esa actitud radical que en España sólo se tolera, y de buen grado, dentro del socialismo, la del antiamericanismo visceral, ahora nos está pasando factura. No fue tanto el hecho de que Zapatero cumpliera con su promesa electoral de desertar de Irak, pues eso es algo comprensible, o en todo caso olvidable. Puede que hasta tampoco la campaña infamante que protagonizó nuestro Presidente en Túnez, y después por todo el mundo, tratando de convencer a todos de que América era el mal. Tal vez hayan perdonado la actitud zapaterina de cooperación con las ideas de los “enemigos de la libertad”, que son de las dictaduras latinoamericanas, así como la equidistancia de principios planteada entre EE.UU. y Rusia. Pero lo que los americanos de a pie no olvidan, ni perdonan, ni entienden, es el hecho de que nuestro Presidente del Gobierno, en un arrebato de radicalismo ideológico, iconoclastia antiamericana, y simpleza intelectual, faltara al respeto a toda la nación estadounidense, y todo lo que ello representa, quedándose sentado con cara de perro al paso de la bandera norteamericana.
Ahora los líderes más importantes del mundo, todos contra los que Zapatero ha hecho campaña, ha insultado, y ha ninguneado hasta la nausea, han preparado una importante cumbre en Washington donde se decidirá el porvenir de los principios morales del mundo, tanto desarrollado, como en desarrollo. Serán actores importantes países como Argentina, Brasil, Méjico, Turquía, Arabia Saudita, Corea del Sur o Indonesia. Son países muy importantes, por supuesto, y que desde mi punto de vista merecen participar de una decisión tan importante como la que se debatirá en Washington. Pero España, para nuestro bochorno, no está invitada. Los anfitriones nos han dado la espalda y los países organizadores no han movido un dedo por nosotros.
Es posible que sin un Presidente irrespetuoso, que no entiende la importancia que tienen los símbolos en el mundo, tampoco hubiéramos estado en la cumbre. Pero se han juntado demasiados desplantes de Zapatero, demasiados errores, una imagen demasiado mala, como para que los demás líderes se esfuercen en convencer a Bush de que el que ofendió a su nación deba estar presente en Washington. En la población española flota la sensación de que hemos cambiado de un primer plano internacional en el que estábamos con Aznar —aunque fuera implicándonos en asuntos espinosos—, a una segunda división, codeándonos con líderes de dudosa legitimidad, o de unos valores diferentes a los de Occidente. Es ese sentimiento, esa sensación de no contar en las decisiones importantes la que ahora duele a los españoles, lo que hace que Zapatero esté en una actitud suplicante por el mundo, mendigando un gesto de reconocimiento, sin reconocer que el desplante a la bandera americana nos ha relegado a todos a lo que David Gistau llama la zona intertoto; ese lugar internacional de segundones, donde a la hora de la verdad somos invisibles al mundo.
25/10/08
Londres, contra cualquier límite a la entrada de extranjeros
El nuevo y máximo responsable para la inmigración en el gobierno británico tomó posesión de su cargo y, en días, entró a saco con propuestas de una contundencia inaudita para el laborismo -y también para el conservadurismo- de Londres. Límites cuantitativos a la inmigración, saber quién entra y quién sale, afrontar el fiasco del multiculturalismo, obligatoriedad de aprender inglés, rechazo al pañuelo musulmán, preferencia de los británicos sobre los inmigrantes en los puestos de trabajo, reconocimiento del “fracaso” laborista en su política de asilo… Incluso, rechazo al uso de la sanidad pública por los ilegales. Menos de 24 horas duró el espectacular ‘mea culpa’. Al día siguiente, un comunicado oficial y una serie de apariciones en los medios llevó a un arrepentido Phil Woolas a defender lo contrario de lo que había dicho unas horas antes. Con un nuevo y no menos espectacular argumento: no hay que tener miedo a una inmigración que crezca sin límites puesto que “la población de la Unión Europea puede ir y venir igual que nosotros (los británicos) vamos y vivimos en España o Francia”.
Nuevo Digital
24/10/08
El ocaso de los Dioses
(Artículo publicado el 1 de septiembre de 2006 en Debate21)
Dice un proverbio chino que la mentira produce flores, pero no frutos. Y así andamos en esta España dominada por el victimismo nacionalista, que ha ido construyendo a lo largo de décadas un discurso impermeable a la coherencia, meramente coyuntural y adaptado a las circunstancias que más favorecían a las economías catalana y vasca. Flores en forma de proteccionismo, franquismo y estatutos varios, pero escasos frutos de bienestar para todas las regiones.
El todavía presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, se permitió afirmar el día de la entrada en vigor del nuevo estatuto que “Cataluña ya tiene una nueva constitución y puede hacer lo que quiera”. En realidad, el nieto de Joan Maragall quería decir que Cataluña ya ha hecho oficial lo que lleva practicando desde hace casi un par de siglos: hacer del mercado español un patio rehén en el que no cabía la competencia foránea. Cuando los nuevos tratados internacionales han hecho insostenible esta situación, el nacionalismo catalán ha optado por el librecambismo. Ahora, se trata de alejarse del estado español porque ya no representa un objetivo prioritario. Basten estos datos proporcionados por Jordi Maluquer: mientras las ventas de Cataluña al resto de España registraron una pérdida relativa sostenida (90% del comercio total de exportación en 1967 frente al 69% en 1994), las exportaciones al extranjero se duplicaron entre 1994 y 2000.
En Un análisis sobre el nacionalismo catalán, J.L. Allero analiza la apuesta del nacionalismo catalán por el librecambismo y la plena integración europea, sin que eso provoque, aparentemente, un choque significativo con la contradicción que implica la política lingüística. El nacionalismo librecambista sería un intento por no depender del Estado, mientras, al mismo tiempo, se incentiva la llegada de multinacionales, algo que parece haber fracasado con el fenómeno de la deslocalización que tan de sorpresa parece haber cogido al Tripartit nacional y socialista:
“Un proyecto nacional integrado en la Unión Europea no tiene futuro sin una viabilidad económica. En este asunto, el nacionalismo catalán ha dado un gran salto al pasar de su histórico proteccionismo, con el que monopolizaban el mercado español para sus productos manufactureros, al área del librecambio. El proceso industrial catalán se forjó en el proteccionismo canovista que le permitió el monopolio del mercado español y el desarrollo progresivo de esta región como una de las más avanzadas de la nación. Su actual librecambismo es utilizado como medio para vincular Cataluña a los focos de desarrollo de tecnología punta de Europa.”
Si bien es cierto que, como apunta Allero, el canovismo aseguró el monopolio del mercado español para la industria catalana, la Ley de Desamortización General de Pascual Madoz del 1 de mayo de 1855 benefició a los miembros de la burguesía, sobre todo la catalana, que pudo así capitalizar las fincas de más valor y convertirse en latifundista. Con la excepción del Arancel Figuerola de 1869, el proteccionismo continuó azotando a los consumidores españoles de productos catalanes. Pero el nacionalismo catalán siempre ha sido inteligente, y mientras apellidos como Almirall, Güell y Ferrer han quedado en un respetable segundo plano, los Prat de la Riba y los Rovira i Virgili han gozado siempre de renombre.
Caso aparte merece el discurso nacionalista vasco. En Cambio de destino, Jon Juaristi analiza el surgimiento de la banda terrorista ETA, su génesis, asociada al deseo de mantener unas estructuras económicas que las élites vascas veían amenazadas por el desarrollismo tecnócrata del franquismo:
"El desarrollismo franquista había faorecido a las regiones industriales en detrimento del campo español, pero tal modelo, que implicaba la inversión del ahorro de las regiones rurales en Cataluña y el País Vasco, así como la orientación de los flujos migratorios interiores hacia ambas zonas, se hallaba amenazado por la política de los tecnócratas, tendente a una industrialización más diversificada -los famosos polos de desarrollo- y, por consiguiente, a una distribución territorial más equitativa de la renta. Esto era lo que verdaderamente alarmaba a unas clases medias que dependían económicamente de la gran industria -bien como cuadros de la misma o como propietarios de industrias auxiliares- y del rápido crecimiento urbano, tanto en el sector de la construcción como en el de los servicios (...) En resumen, el nacionalismo estaba necesitado de una organización revolucionaria y violenta, que consiguiera forzar los pocos cambios necesarios para que nada cambiase."
La falta de coherencia en la presunta ideología que se dice defender es una constante en el discurso de los nacionalismos vasco y catalán. La coyuntura lo preside todo, como demuestra el gran caudillo del nacionalismo vasco, Javier Arzallus, a lo largo de dos décadas de declaraciones. Sirvan éstas como muestra:
"El cuerpo me pide no crear hostilidad. Me gustaría contribuir a que Aznar forme Gobierno" (III-1996). "Aznar ha hecho más (por nosotros) que el PSOE en 13 años" (IX-1997). "Aznar sigue la línea de guerra y exterminio" (XI-1999). "¿Para qué queremos la autodeterminación ? ¿Para plantar berzas?". "La autodeterminación es una virguería marxista". "Euskadi está ahora a primer nivel autonómico" (XI-1987). "Como el TC acepte los recursos contra el Plan Ibarretxe y le dé la razón al Gobierno, aquí se ha acabado la democracia para nosotros y, por lo tanto, se han acabado las reglas del juego en las que entramos". (17-XI-2003)
Flores, pero no frutos. Regiones enteras de España nunca llegaron a desarrollar todo su potencial por expreso impedimento de regiones ricas, como la vasca y la catalana, que impusieron sus condiciones, se beneficiaron de sus recursos humanos y aprovecharon el franquismo para apuntillar el privilegio industrial. De todas formas, como en El ocaso de los Dioses, el Walhalla se derrumba. Un mundo que se extingue cede su lugar a otro.
23/10/08
Flores rotas
Una película que he visto recientemente y de la que todavía me estoy recuperando. Una obra maestra dirigida por Jim Jarmusch y protagonizada por el mágico Bill Murray. Para muchos, por las críticas leídas, un bodrio pretencioso, de escenas interminables, como la vida misma.
Un seductor maduro y exitoso en los negocios es abandonado por su joven pareja. Ese mismo día, recibe una carta de color rosa sin remitente de una mujer del pasado que le comunica que tiene un hijo y que éste ha iniciado un viaje para buscar a su padre. A partir de ese momento, el protagonista emprende una búsqueda de su hijo convertida en un regreso al pasado a través de las cinco mujeres que, cree, pueden ser la madre de ese muchacho de diecinueve años. El resultado no puede ser más demoledor. La crudeza del pasado en forma de cuatro rostros y una tumba.
Los últimos minutos de la película son especialmente duros porque en ellos se puede identificar cualquier persona. Todo lo que no se hizo en su momento y que ya es tarde para construir se nos escapa. Ahí es cuando pensé en España. La joven fue quien, en realidad, le dejó la carta y se inventó un hijo que no existe en un último intento por hacerle viajar al pasado y luchar por un presente de compromiso. Ese rostro del protagonista en los últimos instantes me hizo pensar en esta España que se nos muere y que ni tan siquiera es capaz de darse cuenta.
Mientras reflexionaba sobre la carga de profundidad de todos esos planos, silencios y miradas, me preguntaba si acaso la lucha de unos cuantos ciudadanos por saber la verdad del 11M no será como esa carta.
22/10/08
21/10/08
¡Mariano el último!
Ex profeso
Muy señor mío
Le remito la presente para hacerle llegar el resumen de prensa semanal que usted no me pidió. Confío en que el dossier (no se asuste, que no es negatiffo) despierte en usted mayor entusiasmo que el que provocaron en el Capitán Aznaraña, otrora su designador y ahora convertido al marxismo de Harpo, dos cartas sobre el 11M publicadas en esta misma columna.
La semana nos ha traído análisis de actualidad y noticias frescas, pero, como su sueño es oro, evito más preámbulos. Me permito empezar el dossier con el penúltimo párrafo de la Desobediencia civil, de un tal Henry D. Thoreau:
Nuestros legisladores todavía no se han enterado del valor comparativo del libre
comercio y de la libertad, la unión y la rectitud para una nación. No tienen
genio ni talento para cuestiones comparativamente humildes de cargas fiscales y
finanzas, comercio, manufacturas y agricultura. Si nos quedásemos sin más guía
que la inteligencia verborreica de los legisladores del Congreso, sin que la
corrigiese la oportuna experiencia y las eficaces quejas del pueblo,
Norteamérica no conservaría por mucho tiempo su grado entre las naciones.
Y otro párrafo, aunque más al principio, también del tal Thoreau, que venía en plan coñazo, que diría usted:
Un grupo muy reducido –como los héroes, los patriotas, los mártires, los
reformadores en sentido superior y los hombres– sirve al Estado también con la
conciencia, y por eso necesariamente le presentan resistencia en su mayor parte
y suelen ser tratados como enemigos por él.
Luego hay una reflexión muy interesante sobre las opiniones peligrosas, de un tal Asís Tímermans:
Qué atrevimiento, pensar que la libertad es lo importante. No la de los
financieros, los banqueros, los políticos. La de usted y la mía. La de saber que
la opinión de otros no se convierta en nuestra obligación, que nadie es dueño de
nuestra vida y patrimonio. Ahora más que nunca, cuando todos discuten de dinero,
la verdadera cuestión es la libertad.
Ésta le hará menos gracia, pero no he podido evitarla. Es de Pablo Molina, en Libertad Digital (le he pasado el antivirus, estése tranquilo):
Bien, ellos acaban de votar a favor de un estatuto de autonomía que: A.- Es
abiertamente inconstitucional, puesto que la CE establece que "La legislación,
ordenación y concesión de recursos y aprovechamientos hidráulicos cuando las
aguas discurran por más de una Comunidad Autónoma", es una competencia exclusiva del Gobierno de España.B.- Contradice flagrantemente lo que el PP hizo figurar en el programa electoral, sometido al criterio de los electores y que funciona a
modo de contrato con sus votantes, también los murcianos y valencianos, a saber:
"En materia de Agua, se propone recuperar la planificación hidrológica y el
carácter nacional del recurso, rompiendo la actual tendencia a su
territorialización y resolver los déficit hídricos en España, que tienen unas
grandes repercusiones económicas, ambientales y sociales".
Y, para terminar, otro retal de rabiosa actualidad, en esta ocasión de un tal Hans Magnus Enszensberger. El último canto de El Hundimiento del Titanic; fíjese qué cosas se publican en la prensa española, con la que está cayendo en el mundo:
Pero a dónde fueron los dinosaurios?
Y de dónde provienen aquellas miles y decenas de miles de maletas
empapadas,flotando a la deriva, sobre las aguas?
Nado y gimo.Todo, como de costumbre, gimo, todo bajo control,
Todo sigue su curso, todos, sin duda, se habrán ahogado en la lluvia sesgada, es una pena, ¿y qué?
¿Por qué gemir?Lo raro, lo difícil de explicar es:
¿Por qué sollozo y sigo nadando?
(Nota para el/la secretario/a o becario/a que se encargue de imprimirle el dossier a don Mariano: la versión española del último canto de El Hundimiento del Titanic incluía seis versos finales, que me he permitido censurar por respeto. Si usted cree que el rey desnudo no se va a enfadar, puede reponerlos o enviárselos a los informativos de La Sexta):
Gimo, todo bajo control. Se hace el silencio.
Los barones nos robaron los botes y huyeron,
Ahora se dividen los botes en baronías.
Me congelo, no siento las piernas.
El viento polar me trae sus gritos baroniles:
¡Mariano el último!
Artículo publicado en Libertad Digital
La BBC prohíbe las bromas o ironías sobre los musulmanes
Como director general de la BBC, Mark Thompson acaba de tomar dos significativas decisiones: una, recortar en un 50 por ciento los gastos de las fiestas navideñas para este año; y, dos, prohibir cualquier broma o referencia irónica sobre los musulmanes en todos y cada uno de los programas de la cadena, los de humor incluidos. En el primer caso, se trata de un ahorro de costes en un entorno de crisis, casualmente aplicado en la degradación de las tradicionales celebraciones cristianas. En el segundo, las opiniones varían: para Thompson, se trata de “sensibilidad” puesto que “no todas las religiones son lo mismo”; para Ben Elton, el humorista que denunció cómo la BBC le censuró sus ‘gags’ sobre el islam en uno de sus programas, la cosa es mucho más simple y coincide con la expuesta masivamente en los foros de opinión de Internet: no es “respeto”, sino “miedo”. “Pánico”, dicen otros, bien sostenido a base de atentados terroristas, masacres tumultuosas y bien explícitas amenazas. Lo indiscutible es que Mark Thompson -católico él mismo- ha impuesto dos estándares: uno, el que se aplicará a los musulmanes como una especie de nueva casta de intocables; y, dos, el que se aplicará a todos y todo lo demás.
Nuevo Digital
Estética y voto: Ibarretxe
¿Qué fue primero la ensaimada o Ibarretxe? Si observan detenidamente su cabeza, verán una especie de roscón como incrustado en su coronilla. También podría ser una calcomanía que el Departamento de Imagen del tripartito vasco ha diseñado y le ha marcado a fuego como a un ternero. Igual no; igual se trata tan sólo de una especie de herencia genética de Sabino Arana, que ha germinado en su cabeza como una seta.
Por otra parte, la cabeza, como de robot, con ese cuello tan largo, siempre da la sensación que va a sufrir un cortocircuito y se le va a caer sobre el pecho con un chisporreteo sospechoso. Después, no me digan que no tiene tela marinera el traje. El terno es de sepulturero de un western de Clint Eastwood. En lugar de coche oficial, debería viajar en una calesa tirada por dos caballos con el fiambre dentro. Da cosa, la verdad.
A propósito de viajar, ese hombre no viaja nunca fuera de los límites de su país. Como el Atletic, está de Amarrategui, en lo que él llama la patria de los vascos y de las vascas. Craso error, Ibarretxe: para usted es la patria de los PNV y las PNV.
No le voten, que da grima y, como dicen los gitanos, da hasta achare.
20/10/08
Raíces y hachas
"Y ya está puesta el hacha a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no produce buen fruto es cortado y arrojado al fuego."
Contrapoderes en tiempos de crisis
Las crisis económicas son el alimento del poder político, pues siempre se sale de ellas con mayor intervención de la que había. Para el pensamiento único, las causas del problema siempre son las mismas: el exceso de libertad y la mala regulación, que ha de resolverse con más normas, más control político, y más aportación impositiva. Tiene su gracia, porque esas nuevas medidas que se prometen excepcionales, y de efecto salvífico, siempre se señalan como culpables de la siguiente crisis.
Como he dicho en muchas ocasiones, resulta grotesco pensar que lo que teníamos hasta ahora era un sistema capitalista, y mucho más que sea el libre mercado el causante de la crisis, cuando dos de los sectores más intervenidos son, precisamente, el inmobiliario y el financiero. Qué casualidad. Los intervencionistas, como decía, culpan al exceso de libertad, y los liberales al exceso de intervención. Hasta ahí no hay sorpresas. Pero sí nos podemos llevar alguna sorpresa cuando analicemos la reacción de nuestro sistema político. Porque cuando el miedo comienza a recorrer los bares y las tertulias, y los ciudadanos bajan la guardia, el Estado se expande hasta los rincones más recónditos de la vida privada. Empezando por el capital social de las empresas, y terminando en el cubo de nuestra propia basura.
Suelo decir que conviene mostrarse receloso cuando alguien dice que la solución de todos los problemas pasan por cederle a él enormes cantidades de poder y de dinero. La intuición nos dice que es algo que cualquiera puede intentar, pero que sería descabellado pretender que le hagan caso a uno. No sucede lo mismo cuando el que lo pide es un representante político. Y es exactamente lo que ha sucedido: piden ingentes cantidades de dinero a la ciudadanía —después del esfuerzo que supone conseguirlo— para intervenir con él en la economía, a su antojo. Lo inmediato, por tanto, debería de ser exigir un escrupuloso control de esos fondos por parte de sus legítimos propietarios, mediante los equilibrios y contrapoderes sobre los que debe sustentarse toda democracia sana.
En España, huelga decirlo, tenemos poca cultura democrática. En una crisis económica como ésta, cuando los políticos se arrogan competencias excepcionales y tienen tanto poder en sus manos, en lugar de exigir un buen funcionamiento de los contrapoderes, se tiende a pedir adhesión inquebrantable al Gobierno. Ésta es una buena forma de distinguir a los auténticos demócratas de los impostores. Un partidario de la libertad y de la democracia no pide adhesión, sino una Oposición crítica, implicada y exigente; mucho más exigente que en cualquier otro momento.
El Partido Popular se ha acorralado a sí mismo, y ya no le queda más que aplaudir a lo que le dictan. Hay que admitir que el PSOE y sus medios han hecho muy bien su labor de destrucción de toda oposición política, por totalitario que suene. Si alguien critica al Gobierno, no está haciendo su deber, sino siendo desleal y antipatriota. Es una idea que parece estar calando en la población, y eso me llena de inquietud.
En esta situación, con la mitad de los partidos comprados y con el PP sin espacio, el Congreso no es más que una sala de cotilleos, un mentidero o una escalera de vecindario. Los congresistas y senadores de EE.UU., con sus defectos, tienen que rendir cuentas periódicamente ante sus votantes, y son fieles a ellos por encima de sus jefes de partido. Aquí no obedecer al líder es casi un delito, hasta tal punto que los diputados españoles no son más que “aprietabotones”, que fácilmente podrían sustituirse por ordenadores. Y, para colmo, a veces se equivocan de botón.
Esta parálisis de los equilibrios y contrapoderes se acentúa cuando llega una recesión que amenaza con quedarse, precisamente en el momento en el que son más importantes. Debemos ser los ciudadanos, las clases medias de la sociedad, los que denunciemos la expansión del poder político, y exijamos una reforma democrática que permita el correcto funcionamiento de los contrapoderes para equilibrar los excesos de nuestros gobernantes.
19/10/08
Tiempos
Quizá Chaplin supiera de qué hablaba cuando decía que “el tiempo es el mejor autor porque siempre encuentra un final perfecto”, pero lo cierto es que ese final no se vislumbra; ni en España ni en ningún otro lugar del mundo. El fin de la historia terminó siendo un bonito título y el espíritu de los tiempos se murió con Goethe.
Hablemos de tiempos. Mezclados, en paralelo o como un calidoscopio. Nuestras sociedades se enfrentan, sobre todo a través de la inmigración masiva, a una división y reformulación del tiempo. Lo hemos sufrido en España con el nacionalismo cavernícola vasco, asustado por una modernidad que no comprende y de la que, no obstante, se beneficia. Lo vemos a diario con un Islam más dividido que nunca, reaccionario ante la globalización, con Omán y Dubai como ejemplos posibilistas, pero también con Siria, Libia o Sudán. Lo observamos, también, en nuestro sistema político, que no es más que una manifestación de lo que somos y de lo que no somos. Con partidos, o más bien frentes, anclados en el primer tercio del siglo XX. Discursos y reacciones eminentemente fascistas. Pasados reescritos al gusto de quien viaja en el tiempo y no asume los hechos, que fuerza a las formaciones más o menos responsables a readaptar sus objetivos a la mera lucha por la supervivencia.
¿Es el final perfecto del que habla Chaplin la derrota del oscurantismo? ¿Estamos condenados a un eterno retorno en versión española, en el que los fascistas frentepopulistas de ayer sean aplastados para resurgir una y otra vez de la espuma del rencor y la impotencia? ¿Cómo romper este determinismo que desde hace dos siglos poda con impericia los brotes de nuestra nación?
Sacrificar a la clase media para enriquecer a una élite a costa de mano de obra esclava importada significa sumir a un país, ya de por sí dividido en el tiempo, en una crisis temporal de difícil resolución. Si, en 2007, buena parte del nacionalismo vasco todavía se explica por la incapacidad para adaptarse a la modernidad, la incorporación de masas procedentes de conceptos temporales muy alejados del nuestro implicará conflicto.
Las sociedades homogéneas, ya sean en lo étnico o en el concepto temporal, parten con mucha ventaja en esta globalización imparable. Quienes apostaban por la muerte del estado nación puede que vean cómo sus predicciones sólo se cumplen en el caso de sociedades reacias a vivir en las mismas páginas del calendario.
18/10/08
Desbunkerizar la opinión panoptizada
Ignació Peyró nos regaló hace unos meses, en las páginas de La Nación, una interesantísima reflexión sobre la actitud de los columnistas de opinión, en la que cita, entre otros, a Valentí Puig y su conclusión de que “ya no se opina para explicar lo que pasa, sino para que el público pueda estar reconfortado con lo que siente”. Rescatemos un párrafo:
“En la medida, sin embargo, en que el periodista abandona su libertad de espíritu, también está abandonando su aportación al bien común de una opinión pública informada. Si la emotividad del público se alimenta con la emotividad mediática, el resultado es una degradación cierta que castra los análisis, simplifica los datos de la realidad y deja al lector o al televidente desarmados ante una manipulación que puede considerar general, con el consiguiente desapego a los consensos mínimos de una comunidad política, y con una clase política que -retroalimentada- ofrece escasas consistencias. Es algo que puede comprobarse en un Gobierno Zapatero que se mira cada día en el espejo de la demoscopia. Según Lippmann, muchas crisis de las democracias occidentales son, en realidad, crisis del periodismo.”
Peyró pone el dedo en la llaga del columnista, pero quizá se echa en falta una crítica al papel de los editores, sobre todo en los medios de la Red. La revolución digital, que estaba llamada a fortalecer a la opinión pública y a elevar el nivel de exigencia de los lectores, ha creado un efecto opuesto en España. El análisis orteguiano de los compartimentos estancos parece más vigente que nunca. Los medios digitales se han convertido en un nuevo refugio de discursos, que, por primera vez, son refrendados instantáneamente por los usuarios en un feedback más teórico que real, lo que fortalece los prejuicios y ahuyenta el contraste de pareceres. Además, salvo unas pocas excepciones, los medios digitales de mayor presencia se mantienen a remolque de la casa matriz, que suele ser un medio escrito o audiovisual de difusión masiva. El éxito de los columnistas puede ser medido al instante y, en función de la respuesta de los lectores, recompensado o penalizado por el editor, lo que, en muchos casos, condicionará el contenido de los siguientes artículos. Hablamos del panopticón del articulista en una dinámica social de dicotomía infantiloide a la que no escapan, por supuesto, la mayoría de editores.
Cualquier editor al que se entreviste argumentará que la audiencia tiene unas demandas que hay que satisfacer. Casi nunca se asume un papel consciente de creación de opinión. Para evitar responsabilidades, se presenta la opinión como una respuesta a la exigencia del lector. Si se asume la opinión como parte innegociable de un producto, la fórmula de presunta respuesta a la demanda del lector continuará empobreciendo la calidad del debate. Si, por el contrario, como Habermas, asumimos que la esfera pública se ha reducido de forma dramática en Occidente, tendremos que buscar urgentemente fórmulas para crear una opinión lo menos mercantilizada posible. Una fórmula para desbunkerizar la opinión sería la rotación de articulistas de todas las tendencias ideológicas por los medios digitales. Eso exigiría generosidad por parte de los editores y, sobre todo, de los columnistas. Sería un paso para acostumbrar a los lectores al debate de discursos ajenos desde la propia comodidad del búnker. Y, sobre todo, para que el creador de opinión se sienta libre para desarrollar su potencial en libertad.
¿Están seguras las cabezas nucleares de Pakistán?
Uno de los más inquietantes resultados de la inestabilidad pakistaní se encuentra en el hecho de cómo los sectores más radicales del islam van ganando presencia en la vida oficial y política doméstica, más allá de los señores de la guerra tribales aliados con los afganos en sus inexpugnables feudos fronterizos. La cuestión que se hacen en India y en el resto del mundo a este lado de la yihad es siempre la misma: “¿Están seguras las cabezas nucleares de Pakistán?”. Buena pregunta. Hace mucho que dejó de ser meramente ficticio el escenario del terrorismo de Al Qaeda consiguiendo acceso al arsenal nuclear pakistaní con la ayuda del filoterrorismo islámico cada vez más influyente en el país. Ahora, ese escenario ya se estudia como una contingencia más en las distintas variables geopolíticas. Y se estudia en el propio ejército pakistaní.
Nuevo Digital
17/10/08
Hispanidad traicionada
Cuando demasiados siglos de historia común son puestos en jaque por una banda de mediocres rencorosos, es más necesario que nunca tomar conciencia de la importancia de la Hispanidad. Sin caer, por supuesto, en la tentación de proceder como el nacionalismo catalán y vasco y definirnos en negativa.
El principal rasgo de la Hispanidad, desde un punto de vista estrictamente español, sería el mensaje de Cristo. Si las FARC, Chávez, Morales y resto de oportunistas xenófobos quieren seguir definiendo la presencia española durante cuatro siglos con el obsoleto concepto de “economía de extracción”, allá ellos y su electorado suicida. Lo cierto es que, para España, América significó, sobre todo, cristianización y, en segundo lugar, desgaste asumido. En los Países Bajos es donde pueden buscar su oro, puestos a seguir en el paradigma victimista.
La Hispanidad supera el elemento racial y étnico de una forma sin parangón en la historia y convierte el idioma español en el factor identitario de cientos de millones de personas, desde la Patagonia a Nuevo México. Comentaba Manuel Molares do Val hace unos días en su columna Crónicas Bárbaras que, en Estados Unidos, de los 301 millones de habitantes del país que se calcula habrá en treinta años, los latinos serán 105 millones. La trascendencia que va a tener el elemento hispano en Estados Unidos es todavía difícil de calcular.
La Hispanidad es, ante todo, el pasado y único futuro de la península ibérica, lo que incluye a nuestros hermanos portugueses, siempre mucho más proclives a estrechar lazos y, desafortunadamente, ignorados por muchos españoles. Y también, por supuesto, a las regiones catalana y vasca, en manos del fascismo y abandonadas ya a su suerte.
Resulta incomprensible que la mayoría de españoles muestre un absoluto desinterés por Hispanoamérica y Portugal, así como por Guinea Ecuatorial o el Sáhara, todos ellos unidos a la Hispanidad por historia y/o idioma. Cuando un país da la espalda de forma tan escandalosa a su esencia, se condena a carodizarse e ibarrecheizarse.
Mientras el nacional socialismo catalán o vasco fija sus ridículas fronteras en un espacio ficticio y atrincherado, fruto de delirios astutamente implantados, la Hispanidad debe, más que nunca, proseguir su expansión pacífica y rescatar los mejores valores que una vez la hicieron grande. Sin complejos, consciente del lugar que ocupa en el mundo y de su enorme potencial.
América, parte de Estados Unidos, Angola, Mozambique, Filipinas, Guinea, Sáhara, un idioma universal en crecimiento...
Los españoles necesitamos menos hipotecas para pisos ratoneras y más viajes al otro lado del Atlántico. Menos aislamiento y mayor conciencia de lo que es España y la Hispanidad. Menos Carod y más Perú. Menos Ibarreche y más Guinea. Menos BNG y más Buenos Aires. En definitiva, despertarnos de una vez y asumir lo que somos y saber lo que no somos.
16/10/08
Los grandes editores se comprometen a apoyar a Zapatero
Los dueños de los grandes grupos de comunicación españoles se comprometieron el pasado lunes, en un almuerzo con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, celebrado en La Moncloa, a respaldar las medidas del plan de choque contra la crisis introducidas por el Ejecutivo, vía decreto ley, en apoyo del sistema financiero español. Rodríguez Zapatero pidió a los editores que eviten la crítica alarmista y traten de infundir tranquilidad a los ciudadanos sobre la solvencia de nuestro sistema de cajas y bancos. El jefe del Ejecutivo, "que nos pidió máxima confidencialidad", según el testimonio de uno de los presentes, estuvo acompañado en el almuerzo por la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega.
Fue la propia vicepresidenta la que, a lo largo de la tarde del pasado sábado, e incluso durante la mañana del domingo en algún caso, se encargó personalmente de convocar a los capos de la prensa: Ignacio Polanco (Grupo Prisa, El País, Cuatro, la SER); Diego del Alcázar (Vocento, ABC, Punto Radio); José Manuel Lara (Planeta, La Razón, Antena 3 y Onda Cero); Jaume Roures (Mediapro, Público, La Sexta); Javier de Godó (La Vanguardia), y Javier Moll (Grupo Moll, Levante de Valencia, El Faro de Vigo, La Nueva España de Asturias...). Todos ellos primeros espadas, y un único consejero delegado: Antonio Fernández-Galiano (Unidad Editorial, El Mundo). No asistió Antonio Asensio (Grupo Zeta, El Periódico de Catalunya), por hallarse de viaje.
15/10/08
Dramático llamamiento del Papa
No sólo en Irak se está realizando un implacable exterminio de cristianos, a los que los musulmanes dan a elegir entre el pago del impuesto coránico de sumisión, o la tortura y la muerte. En India, se lleva a cabo la que ya es considerada como la peor campaña de violencia contra los cristianos del país desde la independencia de 1947. A las masacres de católicos y protestantes en varios países musulmanes asiáticos y africanos -y de coptos, en Egipto (ND)- se han unido las cometidas contra la ínfima minoría cristiana en India -un 2,5 por ciento de la población total- por parte de partidos políticos hinduístas-ultranacionalistas de estructura fascista y paramilitar. Estas organizaciones pretenden contrarrestar las masivas conversiones al cristianismo mediante matanzas que incluyen violaciones previas y el bien clásico remate de la quema de personas vivas -a veces pagando hinduístas 'inocentes' una errónea adjudicación de fe cristiana. Hasta hace semanas, eran grupos islamistas los que monopolizaban las oleadas de atentados en apocalípticas escabechinas interreligiosas. Pero ahora son los hinduistas los que reclaman un papel más activo en el odio antioccidental a través de la represión y exterminio de quienes practican el cristianismo.
Nuevo Digital
El PP sanciona con 300 euros a los dos diputados que se opusieron al Estatuto manchego
Los diputados Arsenio Pacheco y Alberto Garre, que rompieron la disciplina de voto del PP oponiéndose a la admisión a trámite de la reforma del Estatuto de Castilla-La Mancha, van a ser sancionados con 300 euros por el Grupo Parlamentario Popular. Según informa COPE, que cita a fuentes populares, es la aplicación habitual del reglamento interno. Un día después de la votación, las reacciones se han sucedido.
España zombimenguante (I)
Lugar: Madrid
Hora: 13:25, mayo de 2010 y pico
Situación: una serie de experimentos comandados por el profesor Rodríguez Bacterio hacen que el PRI se disuelva como un azucarillo. A los pocos días, los zombis comienzan a perder su hecho diferencial. La piel se regenera, el cerebro deja de pedir carne humana, se vuelven a pagar hipotecas y ya no se asaltan sedes de partidos políticos ni hospitales. El equipo de Rodríguez B. captura a un deszombizado y, tras largos experimentos, logra conclusiones escalofriantes: la deszombización se produce a través de los susurros. Para junio, la situación ya es desesperada. Un 80% de los zombis son ahora humanos: nueve millones de zombis frente a 36 millones de vivos.
En Barcelona, al menos, la resistencia es mayor. Un grupo de zombis ha logrado huir de la persecución y se ha refugiado en un centro comercial de madrugada. En un principio, intentan atrincherarse, pero rápidamente descartan esa opción. La propuesta de hablar catalán con acento de Gerona tampoco prospera, por lo que, finalmente, optan por esconderse en una tienda de disfraces y posar en el escaparate antes del amanecer...
(Continuará)
Estética y voto: Joan Puig
Porqué no se debe confiar jamás en el susodicho
No por su mísera ideología. Contemplen con detenimiento aquella fotografía en bañador y coincidirán conmigo en que nunca ha sido más certero el dicho de que una imagen vale más que mil palabras. Dejen al margen su apolillada ideología. No confíen en él por lo siguiente:
Por su imagen estremecedora surcando los piélagos marinos. La antítesis de Afrodita saliendo del baño. Esa barriguita caída. Esa cartera entre los dientes. Ese bañador celeste que por su holgura da la sensación que se debe hinchar descomunalmente al entrar en contacto con el agua. Esas tetitas caídas de matrona. Esos aspavientos al bracear. Esas gafitas de empollón harto de recibir collejas de sus compañeros. Record Guiness de collejas, fijo. Ese pelo de seguidor de la Real Sociedad. Ese color albo de yogourt griego. Esas estrías alrededor del ombligo. Ese asirse torpemente a las rocas como si fuese una lapa.
Suerte tuvo de no toparse con un practicante de pesca submarina y que, confundiéndolo con una sepia, le hubiese arreado un certero arponazo en sus blancas nalgas, que lo habría dejado como un montadito de queso.
Cuando él se refería a los extremeños como malnacidos, quiero pensar que no lo hacía por su morfología, ya que, si se aplica a sí mismo ese baremo, alguien que lo aprecie le debería hacer ver que la madre naturaleza no ha sido muy pródiga con él. En tierra, una bolita de alcanfor. En el mar, un pez sapo.
Créanme, hay razones suficientes para no votar a Joan Puig. Antes, al jorobado de Notre Dame.
14/10/08
Corea del Norte, sí; España, no
¿Por qué el demócrata Barack Obama pasó de largo sobre España durante su reciente gira europea? ¿Por qué los republicanos de John McCain afirmaron que nunca se sentarían a hablar con España? ¿Por qué un país como España, sin absolutamente ningún papel decisorio -ni tan siquiera consultivo- en el ámbito internacional, se convierte en un arma arrojadiza nada menos que en el crucial debate entre Sarah Palin y Joe Biden? ¿Cuál es la razón de que el presidente Bush se descuelgue con un intempestivo y demasiado entusiasta mensaje dirigido al Rey Juan Carlos afirmando que “España es un aliado fundamental” con el que Estados Unidos desea mantener un “espíritu de amistad y admiración”? ¿Por qué tanto run-rún con España, tanto desplante público y tanta palmada en la espalda sonando a falsa? ¿Qué leen Bush, McCain y Obama en los informes que sus asesores depositan sobre sus respectivas mesas de despacho en torno a las correrías de la alta diplomacia española por las zonas del mundo más explosivas para la seguridad de los Estados Unidos?
Nuevo Digital
Léame usted a mí, Capitán Araña
José María Aznar López
Ex presidente del Gobierno
Muy señor mío,
Han transcurrido dos semanas desde que le pidiera y exigiera a través de esta columna que contribuya a esclarecer la verdad del 11M con la información privilegiada de la que reconoce disponer. Como me temía, el silencio ha sido, una vez más, la respuesta. Con 192 asesinados, miles de heridos y 45 millones de españoles condenados a la ignominia, su actitud es inaceptable.
Siempre le estaré agradecido por su empeño en sacar a la nación española del eje franco-alemán, pero nunca podré perdonarle que, en medio del naufragio, se convirtiera usted en un triste Capitán Araña. Porque las batallas se pierden o se ganan, pero nunca se abandonan con tanta falta de coraje. Recuerde aquella entrevista a Arturo Pérez Reverte y Viggo Mortensen con motivo del estreno de Alatriste, cuando, preguntado por el significado de ser español, Mortensen contestó: "Saber perder." Pero uno vuelve la mirada al 11M y parece oírle gritar a usted, en medio de la huida, aquello de "todos al suelo, que vienen los nuestros". Qué lejos queda todo esto de Rocroi, ¿verdad?; cuando, ya casi desde el horizonte, usted nos ofrecía a Rajoy y nosotros le contestábamos al unísono: "Agradecemos mucho el ofrecimiento, pero éste es un tercio español". Y luego atardecía con esa melancolía asumida, tan española y uno soñaba con oír los remos de vuelta, como arrepentidos...
El 11M fue una carnicería en directo de 192 personas, pero también la matanza a cámara lenta de toda una nación. Tratar de olvidarse del peor atentado terrorista de la Europa de posguerra sólo provoca mala conciencia, ocultada bajo un ruido ensordecedor, que es lo más parecido al silencio y a la mentira. En esta misma columna, en la que el 11M es un tema recurrente, suele aparecer un proverbio chino: "La mentira produce flores, pero no frutos". En su caso, incluso flores rotas, don José María, porque hay silencios incluso peores que mentiras. "Quienes lo planificaron no se esconden en desiertos lejanos, ni en montañas remotas, no diré más".
Usted no diga más, pero yo le diré mucho: quienes sentimos que ser español es un honor, pero también un deber; quienes nos dolemos por la Hispanidad traicionada; quienes hacemos nuestra esa España y Libertad; todos nosotros exigiremos justicia hasta que nos maten o la noche se mire en un espejo. No queremos sus promesas de revelaciones hipotecadas a cuarenta años, sino verdad y justicia ahora. Porque, se lo repito por última vez, señor Araña, ya no es temprano en este mundo.
Una vez estuve en deuda con usted, pero se la saldé con cuatro largos años de paciencia y espera. Váyase del todo, señor Aznar, en su barquito de Capitán Araña, a contar en universidades y consejos de administración extranjeros lo malo que ha sido el mundo con usted, que nosotros nos quedaremos velando a nuestros muertos y les llenaremos el recuerdo de amor, de dulce amor. Y ya que siempre va a despreciar a sus compatriotas con su silencio cómplice, al menos tenga la decencia de complacer esta última petición: cuando pise suelo francés o estadounidense, jamás se llame a sí mismo español.
Lo dejo a solas con William Blake, don José María. Hasta siempre.
Niños de una edad futura,
Al leer esta página indignada,
Sabed que en un tiempo pasado,
¡Al Amor, al dulce Amor, se le creyó un crimen!
Artículo publicado en Libertad Digital
13/10/08
Opiniones Peligrosas
Hay opiniones peligrosas. No las mías, que son irrelevantes: si creo indigno que la gente sonría o bostece en público, vista de amarillo o se bañe desnuda en el mar… La gente seguirá sonriendo o bostezando, amarilleando o bañándose como le venga en gana.
La cosa cambia si quien opina es alcalde, y afirma la indignidad de vestir de anuncio por las calles de Madrid a cambio de unos euros. Su opinión se convertirá en norma, y el hombre anuncio se quedará sin su indigno trabajo. Buscará otro que no perturbe la sensibilidad del alcalde. Si no hay otra cosa, repartirá publicidad en la calle. Yo la cogeré, como suelo, mirándole a los ojos. Además de tratarle con dignidad, deberé cuidar de que el alcalde o sus cómplices no nos vean.
Es peor si el que opina se dice Lehendakari. Si cree indigno, por ejemplo, que mis hijos aprendan matemáticas en su propia lengua, alguien pondrá piedras en la mochila de los niños renuentes. Y mejor no llevarle la contraria: de tanto observar, he observado que discrepar de su historia mentida, renegar de su patria de sangre y opresión, no sienta bien a la salud. Comienza uno perdiendo la tranquilidad, a veces el trabajo, el futuro, y la ruleta nacionalista puede hasta hacerle perder la vida. La opinión de Lehendakari es muy peligrosa para quien no la comparte.
No es un juego nuevo. Los gobernantes confunden su papel desde siempre. La gente resuelve sus problemas, y ellos les ponen alguna traba con que justificar su actuación en nombre del bien común. Deciden lo que es digno o indigno, lo que se debe no se debe hacer, en vez de permitir que la gente pueda resolver sus problemas de la manera que considere mejor. Lo peor es que cuando un político proclama que quiere resolver los problemas de la gente, en vez de horrorizarnos le aplaudimos. Nos lo merecemos.
Pasó hasta con el dinero, refinado y evolucionado producto humano que los gobernantes se empeñaron en usurpar, controlar y dirigir. Acabaron creando sus Bancos Centrales, obligándonos a usar unos papelitos que sustituyeron al dinero de verdad, prohibieron la tenencia de oro, decidieron qué y cuánta moneda debía existir, y jugaron con los tipos de interés como si fuera el botón de una consola. Cuando se les caen los naipes, echan la culpa a ricachones especuladores que siguieron su juego. ¿No están del mismo lado?
Es extraño. Los que afirmamos que el Estado causó esta crisis opinamos que los banqueros y financieros irresponsables deben pagar sus culpas y su dinero. Los que afirman que los banqueros y financieros irresponsables causaron esta crisis opinan que el Estado debe… llenarles de dinero. ¿No estarán todos ellos del mismo lado?
Pero mi opinión no es peligrosa. Sí la de los políticos: creen que todos debemos dar nuestro dinero a los que lo dilapidaron. Y convierten su opinión en norma: mediante más impuestos, deuda pública o la criminal inflación nos quitarán más y más dinero. Su opinión es ley, y no podremos resistirla.
Gallardón o Ibarreche o Zapatero o cualquier otro gobernante cree que la democracia les legitima para imponer a las personas su voluntad. Y, mucho peor, a la gente le parece bien. Por eso discutimos si es digno o no vestirse de anuncio, en vez de indignarnos porque ningún alcalde pretenda imponer su moral. Por eso discutimos si la enseñanza debería hacerse en una lengua o dos o en esperanto, en vez de escandalizarnos porque los gobernantes puedan imponer cualquier lengua. Por eso discutimos si se debe “rescatar” bancos, nacionalizarlos o premiar su estupidez, en vez de negarnos a que los gobernantes decidan a quién se debe dar nuestro dinero.
Qué atrevimiento, pensar que la libertad es lo importante. No la de los financieros, los banqueros, los políticos. La de usted y la mía. La de saber que la opinión de otros no se convierta en nuestra obligación, que nadie es dueño de nuestra vida y patrimonio. Ahora más que nunca, cuando todos discuten de dinero, la verdadera cuestión es la libertad.
12/10/08
Crear alarma con mensajes de confianza
El sistema económico va a pasar una época en cama, guardando reposo por este virus financiero que ha cogido. Hemos dejado atrás una de las semanas más negras de la bolsa a nivel mundial, con caídas estrepitosas y contagios rápidos como si estuvieran regadas de pólvora. Dicen que los economistas son forenses, expertos en los males que ya han pasado. Pero, dentro de lo que cabe, los movimientos de las bolsas sí que nos permiten hacernos una idea del rumbo que va a tomar la economía al nivel de la calle en los próximos años.
En momentos de inestabilidad económica suelen aparecer eufóricos cazadores de oportunidades políticas, tratando de rescatar viejas ideas atávicas como el socialismo. Pueden oírse y leerse multitud de mantras destinados a hacernos olvidar que el contraste entre el socialismo y el libre mercado ya pudo verse, por ejemplo, en Berlín al caer el muro. El socialismo es uno de los sistemas más ensayados de la historia, y nunca dio un resultado distinto al de la pobreza crónica. Eso sí, es un sistema económico sin ciclos: nunca sube.
Uno de los mantras más repetidos desde los púlpitos oficiales es el de la necesidad de “transmitir confianza”. Y es cierto que para el funcionamiento de los mercados debe existir confianza. Es decir, que si prestas dinero, debes estar seguro de que te lo van a devolver. Pero Zapatero sigue creyendo que dar confianza significa lanzar insistentemente “mensajes optimistas” que están absolutamente despegados de la realidad, en lugar de una confianza basada en las cifras de los balances y de los cálculos de riesgo. Es la única explicación que permite entender por qué hablaba, ya después de las elecciones, de que la economía española estaba en la “Champions League” mientras pasaba de un crecimiento del 4% a la recesión en tiempo record.
Admitida la crisis, se ha cambiado el mantra: “nuestro sistema financiero es el más sólido del mundo”. No seré yo quien diga lo contrario, al menos hasta que alguien me explique qué se quiere decir con “sólido”. Si se refieren a que ningún banco español se le ha formado un agujero por prestar dinero en el mercado financiero exterior, estoy plenamente de acuerdo. Pero no es un mérito de Zapatero, que no ha hecho nada en este aspecto, sino un demérito de nuestra balanza por cuenta corriente, ya que los bancos españoles —que no son “nuestros”, sino de sus accionistas— no son prestamistas, sino captores de financiación externa. Nuestros problemas financieros son de otro tipo, más a largo plazo, a la hora de buscar dinero en el mercado exterior. Y no podemos descuidar nuestro nivel de morosidad, que está subiendo vertiginosamente. Eso fue lo que detonó el problema financiero americano, hace ahora un año, cuando aquí decían que la crisis nunca afectaría a España.
El caso es que, al poco de esmerarse diciendo que el sistema financiero español “era el mejor del mundo”, el Gobierno ha presentado un “plan de rescate” para la banca. No es de extrañar que muchos ciudadanos no entiendan por qué tienen que “salvar” con su dinero al sistema financiero más sólido del mundo. Y cuando Zapatero apunta que con el dinero público va a comprar sólo los activos “no tóxicos” —en las crisis también afloran las horteradas como ésta-, la gente está en su derecho de pensar: ¿pero es que tenemos también activos “tóxicos”?
Considero que el plan Zapatero-Solbes, sobre el papel, es mejor que el de Bush-Paulson-Bernanke, y mucho mejor que los rescates europeos, siendo todos muy malos. La duda que me cabe es: ¿por qué los bancos van a querer desprenderse de sus activos rentables, quedándose sólo con los “tóxicos”? Es el permanente acto de fe al que nos fuerzan, precisamente, y la abundancia de mensajes contradictorios de nuestros gobernantes, lo que contribuye a agravar la sensación de alarma entre la gente.
La cúpula del PP debe dimitir ya
González Pons: "Suficiente tendrá Rajoy con ir al desfile y pasar allí toda la mañana"
El último en referirse a las palabras de Rajoy sobre el desfile, al que calificó como "un coñazo" ante un micrófono abierto, ha sido González Pons. El vicesecretario de comunicación de los populares ha intentado justificarle, en la Ser, tras admitir que "habrá muchas personas a las que haya molestado". Lo dijo, ha afirmado, "al tener que levantarse a pasar frío en vez de quedarse con su familia". Los actos, mientras, ya han concluido y han vuelto a escucharse abucheos a Zapatero.
11/10/08
Rajoy debe dimitir ya
Rajoy: 'Mañana tengo el coñazo del desfile... en fin, un plan apasionante'
El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, olvidó esta mañana cerrar un micrófono y los medios de comunicación pudieron grabar la conversación que mantenía con el presidente del PP andaluz y vicesecretario Territorial, Javier Arenas, al que aseguró: "Mañana tengo el coñazo del desfile... en fin, un plan apasionante".
Los micrófonos jugaron una mala pasada al líder del PP antes de que comenzaran las intervenciones de clausura de la XIII reunión Interparlamentaria que el partido celebra en A Coruña, con alrededor de 300 diputados y cargos autonómicos. En la mesa presidencial, Rajoy estaba acompañado por Arenas, la vicesecretaria de Organización, Ana Mato, y el presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo.
Paranoia Chávez
Miembros del gobierno de Chávez y sectores activistas afines relacionan a España con un intento de "desprestigio" de Venezuela dirigido por Estados Unidos y medios internacionales de prensa aliados al "sionismo"
Todo comenzó con un reportaje en Foreign Policy en el que se declaraba a Caracas como la ciudad más violenta del mundo, destacada por delante de cualquier otra “cuando se habla de violencia brutal y homicida”. De inmediato, el régimen venezolano reaccionó con una inusitada virulencia a la que pronto se unieron sectores oficiosos bolivarianos. En unos y otros, los ataques se dirigieron a una confusa amalgama supuestamente coaligada en la conspiración en la que salieron a relucir los nombres de Estados Unidos, España, periodistas y periódicos de la propia Venezuela, medios españoles como la Agencia EFE o El País, organizaciones internacionales de prensa, los "lobbies sionistas", la CIA, el neoliberalismo, los “grandes poderes del mundo” y hasta Salvador Allende como mudo testigo de cómo se las gastan los anteriores. El siguiente es el relato de un nuevo ‘big bang’ de contrainformación propagandística en la Venezuela contemporánea, expandido por la desenfrenada paranoia del mundo bolivariano y sus satélites al servicio del universo donde resplandece un Hugo Chávez heliocéntrico.
Resto de la noticia, en Nuevo Digital
10/10/08
Proverbios del infierno
Si estás siempre listo a expresar tu opinión, el vil te evitará.
El gusano perdona al arado que lo corta.
La eternidad está enamorada de las creaciones del tiempo.
No hay pájaro que vuele demasiado alto si lo hace con sus propias alas.
El acto más sublime consiste en poner a otro delante de ti.
Nunca el águila malgastó tanto su tiempo como cuando se propuso aprender del cuervo.
Quien ha sufrido tus imposiciones, te conoce.
El débil en coraje es fuerte en astucia.
La exuberancia es belleza.
Crear una florecilla es labor de siglos.
9/10/08
Palomitas de maíz
"Tyranny is the exercise of power beyond right ... when the governor ... makes not the law, but his will, the rule." John Locke
Estamos acostumbrados. Son tan contadas las ocasiones en las que los españoles hemos disfrutado de buenos gobernantes que a nadie parece llamarle la atención vivir bajo los caprichosos designios de una clase política abandonada a sí misma y sus necesidades, alejada de sus representados como bajo las peores monarquías, empecinada en hacer de ellos meras fábricas de votos para perpetuar las situaciones de privilegio alcanzadas.
Y no se nota. No lo notan. Apenas duele. La ausencia clamorosa de una verdadera oposición, únicamente preocupada por redefinirse a sí misma a cada paso, y la clamorosa desvergüenza de un partido gobernante, capaz de vender aire hoy y mañana todo lo contrario, nos ha convertido en espectadores pasivos, ni siquiera atónitos, de nuestro propio devenir. Asistimos a la tiranización de nuestra democracia como quien disfruta de sus palomitas frente a la pantalla del televisor.
Pero no crean que estamos ante un proceso calculado. No. Es la consecuencia de justamente lo contrario: aquí nadie tiene un plan. El Partido Popular, acorralado en los últimos años por los acusadores dedos de quienes han usurpado la etiqueta de “demócratas”, no sólo no ha sabido desenmascarar la farsa del cinturón sanitario, ha dedicado todo su empeño en parecerse a quienes quieren destruirlo. El PSOE, movido por ese afán de poder tan característico de quien se sabe único profeta verdadero y en el convencimiento de que sólo desde el socialismo es posible la democracia, se limita a realizar políticas coyunturales justificadas en el “porque sí” muchas veces y el “al menos un trocito de sillón” las restantes.
Cuando falta un plan, cuando no se sabe qué estado se quiere pues sólo se quiere el estado y “ya veremos que hacer con él”, cuando no se sabe qué leyes se quieren, sólo se quiere dictarlas para proteger los propios intereses, cuando no se sabe qué mañana se quiere acuciados por el vamos a comer hoy, cuando no se saben esas cosas, digo, se cae en el activismo coyuntural. Se cae en la dispersión moral y el disparate político.
Por eso no es de extrañar que el PP de antesdeayer fuera español, ayer autonomista y hoy “depende de con quien hablemos” o que el PSOE antesdeayer negociase con terroristas, ayer se mostrase firme frente a ellos y hoy quiera volver a negociar. Y, mientras ocurre todo esto, fomentan juntos desde el estado la debilidad de la economía, el ostracismo internacional, el enfrentamiento entre españoles y la defunestación por conquista y derribo del sistema educativo.
No le pidan peras al olmo. Tenemos lo que nos merecemos: palomitas de maíz.
Contra el aborto, adopción
Dos realidades contrapuestas. Líderes europeos en el número de abortos y campeones mundiales de la adopción internacional, con casi trece niños traídos de fuera por cada cien mil habitantes. Una triste paradoja que anima a plantearse algunas preguntas inquietantes: ¿Por qué es tan complicado adoptar en España? ¿Por qué es tan fácil acabar en este país con la vida de los no nacidos? ¿Por qué hay tantas familias que deben recurrir a la adopción en China, Rusia o América? Y, sobre todo, la cuestión capital: ¿Por qué no existe la posibilidad de ofrecer en adopción a esos hijos no deseados o que no se pueden cuidar y cuyo terrible destino acaba siendo el ser aspirados o triturados en las clínicas abortivas?
8/10/08
¿Dónde le sirvo el té?
- Senior José, ¿dónde le sirvo el té?
- Me llamo Josep Lluís, señora Roser.
- Y yo mi llama Fatima ben Abselam. Mi madre me ha parido en Beni Mellal.
- Perdona, dona, tu nombre musulmán no me sona. Mira, que pareado tan gracioso me ha inspirado la nou vinguda.
- Senior José, políticos y abigotados, lo mismo hacen de moros que de cristianos. Está esperando el senior Juan.
- Joan, dona, Joan. No sé lo que hacen los de Normalització, pero la morisma y la negritud se resiste numantinamente a normalizarse como Dios manda. Anda, Roser, dile que pase.
Josep Lluís se atusó su bigote de morsa y se puso a leer el diario Avui distraídamente.
- Pasa, Joan, pasa. Dime los resultados del campeonato internacional de parchís de Naciones sin Estados Rafael Casanova.
- Primero hemos quedado Cataluña, seguida de Galiza, Euskadi y Balears.
- Pero Balears pertenece als Països Catalans.
- Bueno, no hemos querido dar la sensación de colonialismo.
- ¿Las fichas de nuestra gloriosa Nación iban pintadas con la estelada?
- Por supuesto. Astutamente, hemos elegido las amarillas. Les hemos pintado una rayita roja y una estrella en el borde. Cuando hemos sacado las cuatro fichas, ha sonado Els Segadors. Ha sido emocionante. Todas las fichas firmes en sus casillas y las notas elevándose a los aires del Ateneu de Castellfollit de la Roca, sede del Torneo. Cuando Jaume de Mollerussa se comió una ficha de la selección gallega y entró a meta, los viscas a Cataluña atronaron el Ateneu. Para que aprenda la roja.
- ¿Se vitoreó el Tripartit?
- Menos, para qué nos vamos a engañar. Pero la consigna sí que fue seguida unánimemente: ¡Una nació, un parxís, una selecció! Hoy es de parchís y tute, mañana de petanca, en el futuro la cucaña y algún día, la joya de la corona, el fútbol.
- Con el bachiller crece la desafección entre la ciudadanía.
- Senior Josep, ¿le sirvo una jarira templadita?
- Por l’amor de Deu, Señora Roser. Un bacallà amb xanfaina es lo que pega.
-Donde sí hemos patinado algo ha sido en el Campeonato Mundial de Tute, Guifré el Pilós. Ha ganado Kosovo.
- ¿Y en dominó
- No está mal. Hemos jugado en Puentedeume contra Galiza y hemos quedado empatados a cinco partidas. Y eso que venían jugadores de Ourense.
- Senior José, ¿le apetece un postre de chuparkia?
- Als cinquanta anys, pocs banys.
- Si no manda nada más, me marcho, que hoy termina el Ramadán y quiero acercarme a la mezquita.
- ¿Y cuándo te alistarás a clase del nivel b de catalán?
- Otro día, senior José.
- Me llamo Josep Lluís.
Cristianos masacrados en la India
«Aquí en India nos están masacrando por ser cristianos y nadie hace nada»
A Ramani Nayak la mataron el miércoles a hachazos por ser cristiana. El marido y las dos hijas consiguieron huir a tiempo, dejaron atrás el cuerpo sin vida de la madre y se pusieron a salvo en el espesor de la selva. A pocos kilómetros de lo que queda de su casa (que ardió junto a otras 300 familias) aparecieron flotando el lunes otros tres cadáveres. Antes de arrojar los cuerpos al agua, los fundamentalistas hindúes los golpearon hasta la muerte, acusándolos de haber distribuido vacunas en una pequeña aldea rural de la región de Orissa, epicentro de un «pogromo» que comenzó a finales de agosto y que en las últimas semanas se ha extendido a otras zonas del país, como Bangalore o Karnakata.
Operación Barack Josep Obamilla
La progresía española anda preocupada. Irak desaparece de las agendas informativas y cede todo el protagonismo a Pakistán y a su paupérrimo satélite afgano. La presencia de tropas españolas en un Afganistán convertido en gigantesco polvorín podría empeorar, si Rajoy no lo remedia, la imagen que los progres tienen del gobierno Rodríguez. Y, de repente, sucede. Pequeño balón de oxígeno centrado por David Petraeus quien, cual vulgar caudillo del PNV, expone que los talibanes no pueden ser derrotados únicamente en el plano militar. Pero la alegría apenas dura unas horas, cuando el máximo jefe de las tropas de la OTAN en Afganistán, general David McKiernan, solicita el envío urgente de 10.000 tropas. Remata la faena el Senado con la aprobación de un acuerdo nuclear con la India, país que todavía no ha firmado el Tratado de No Proliferación de armas nucleares.
La muchachada de Rodríguez apuesta por Obama, sin plantearse qué hay detrás del candidato, sólo por mera oposición a Bush, el amigo de Ansar. Por eso les resulta tan fácil olvidarse de las amenazas de Barack Hussein a Pakistán a principios de agosto: "Si tenemos datos de inteligencia certeros sobre objetivos terroristas de alto perfil y el presidente Musharraf no actúa, nosotros actuaremos". Puede que se tratara de electoralismo puro y duro para imponerse a Hillary Clinton, pero Pakistán parece irse perfilándose como el próximo objetivo de un peso pesado con graves problemas internos. Y si Pakistán estornuda, a las tropas españolas en Afganistán les esperan, lamentablemente, tiempos muy duros. Si empiezan a llegar ataúdes a Barajas, una España en crisis podría, fácilmente, canalizar su rabia y frustración a través de otro “no a la guerra”.
La propuesta Barack ya se planteó hace unos años con Colin Powell. En noviembre de 1995, sin embargo, Powell anunció que no se presentaría a las primarias republicanas para las presidenciales de 1996. En los medios se barajó la posibilidad de que su esposa lo hubiera convencido por temor a que fuera asesinado a causa de su color de piel. Trece años después, Barack Hussein ofrece inmensas posibilidades a un establishment necesitado de un extreme makeover en el mundo. En el ámbito estadounidense, como expone el gran Manuel Molares do Val, “quizás lo ven como una adorable mascota, como hacen muchos blancos con los negros amistosos, según denuncia el gran pensador negro Thomas Sowell”. En el exterior, su nombre y aspecto ayudarán, si se hace con la presidencia, a suavizar la apariencia de la que, sin duda, va a ser una política exterior muy agresiva y necesitada de aliados y de opiniones públicas desorientadas.
¿Y en los desiertos cercanos? En esta España desaparecida del escenario internacional, muchos ven a Obama como una versión gringa de Rodríguez Zapatero y no dudan en rebautizarlo como Obambi, pero las formas del candidato al extreme makeover hacen pensar más bien en un Obamilla, versión mestiza (que no negra) del president de Iznájar. Aquí cabe un ejercicio de memoria histórica, protagonizada por el ex ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, cuando comentó hace casi tres años que el entonces primer secretario del PSC, José Montilla, no podría ser candidato a las elecciones en Cataluña porque "es cojonudo para mil cosas, pero es muy pronto para un charnego”. Los hechos han demostrado que un tipo de Iznájar sí puede hacerse con la presidencia de la Generalitat –aunque sea gracias al empeño suicida del Pasqual Bush de turno–, precisamente para desarrollar una política nacionalista mucho más agresiva que la de los separatistas con pedigrí y, por ello, con muchas menos resistencias en el ámbito doméstico y en la resta de l´Estat, ese mare nostrum. Así que los terroristas de Al Qaeda deberían rezar para que no gane Obamilla, porque las formas, aunque no lo parezca, cuentan, y mucho, en los desiertos lejanos.
Para España, la victoria de Obama o McCain no va a tener demasiadas consecuencias, salvo en el discurso socialista que, en caso de triunfo demócrata, podrá al fin presentar el conflicto de Afganistán como lo que es: una guerra que, en opinión del general Dan McNeill, precisará de 400.000 hombres para pacificar el país. Además, el vencedor en las presidenciales seguirá estrechando lazos con el régimen responsable de la operación Noirot, que redundarán en la progresiva jibarización de España, salvo que Aznar, nuestro Águila Roja, decida contar todo lo que sabe, por mucho que nos duela.
Artículo publicado en Libertad Digital
6/10/08
¿Por qué España tiene tanto paro?
España es el país de la Unión Europea con mayor tasa de paro. Tal vez parezca algo casual; algo que tiene que ver con el contexto internacional en el que vivimos. Es cierto que el mundo occidental vive una grave crisis económica. Pero, para que nos hagamos una idea, EE.UU., la nación a la que se señala como culpable de todos los problemas, ha alcanzado una cifra de paro record: el 6%. España va a llegar al 11%, y algunos estudios prevén la friolera de cuatro millones de parados en 2009.
No es casual, como decía, que en España la tasa de paro tenga una mayor tendencia a subir que en otros países desarrollados. Puede parecer extraño, contrario al discurso imperante, pero la culpa no es de los temibles y despiadados empresarios. Como dice el economista Pedro Fraile, no hay una gran conspiración de tres millones de empleadores para no contratar trabajadores.
Entonces, ¿por qué España tiene tanto paro? El problema es la rigidez de nuestro mercado laboral, fruto de la mentalidad socialista con la que tanta gente entiende el mundo del trabajo. No nos queremos fijar en cómo funcionan las relaciones económicas, y nos lanzamos a la demagogia minando la confianza de los compradores de trabajo. En España, por ejemplo, es electoralmente rentable subir el salario mínimo cuando en realidad es sinónimo de paro: los trabajadores de menor cualificación —a los que supuestamente se dirige esta medida, fundamentalmente jóvenes— no pasan a ganar más automáticamente, sino que dejan de ser contratados.
En los países de nuestro entorno, los dirigentes tienen por objetivo bajar el coste marginal del trabajador —lo que cuesta contratar un trabajador más—, mientras nuestros gobernantes tienden a incrementarlo. Aquí un trabajador es mucho más caro que en otros países. Hay que pagar una fortuna en impuestos y cuotas hasta casi doblar el sueldo neto de los trabajadores, sumado a una larga lista de restricciones legislativas. Son los empresarios, por ejemplo, los que tienen que pagar el seguro médico, cosa que en principio no tiene nada que ver con el trabajo. Y esto hace que contratar no merezca tanto la pena, y los trabajadores tarden tanto en encontrar trabajo.
Con este sistema, cuando llega una crisis, como no se permite que el mercado de trabajo reaccione vía precios —que es como tienden a reaccionar los mercados flexibles—, tiene que reaccionar vía cantidades. Es decir, que en lugar de ajustarse los precios del trabajo, se incrementa mucho más el paro que en otros países.
Ahora vemos que el Gobierno socialista se da golpes en el pecho, orgulloso de incrementar el gasto en el subsidio del paro. No es algo para estar eufóricos, pues ese dinero es el que previamente habían cobrado a los trabajadores. No es un “derecho”, sino una devolución de lo que ya les habían quitado. Sobre esto, propongo una medida para mejorar la eficiencia del mercado laboral, en la que todas las partes salen ganando: en lugar de que todos los trabajadores tengan que pagar una cuota mensual de desempleo, mejor que se la ahorren e inviertan, y que, en caso de quedar en el paro, el Estado les dé un préstamo con condiciones flexibles que después tengan que devolver. Es decir, lo mismo pero invirtiendo el orden de pago. Así se les quita menos dinero en total a los trabajadores, baja el coste del contrato, y se tarda menos en encontrar trabajo.
El socialismo sindical, algo muy abundante en España, tiende a provocar paro. Tenemos además un Gobierno “aeconómico”, que no entiende el funcionamiento de la economía excepto para crear eslóganes. Que seamos el país con más paro de la Unión Europea no es una casualidad, sino la consecuencia de lo que hemos elegido. Y para repararlo sólo podemos confiar en el valor de la gente normal, que emprenda el camino de la flexibilización rechazando la demagogia que, unos y otros, nos quieren hacer comprar.
5/10/08
El oso
Cuando llegué a la esquina con Balmes, me encontré con el follón. Una docena de personas se lo estaba mirando, y me sumé a ellas, todo y tener ciertas prisas. El tipo era rubio, enorme, y parecía borracho. Y daba miedo. Tenía sangre seca en la cara y el cuello, y manchones de sangre oscura en la camisa, que parecía el babero de un caníbal. Parecía hablar en ruso salpicado de español, pero no se le entendía un carajo. Cuatro mossos le rodeaban, a distancia prudencial. Parecían niños pequeños alborotados alrededor de un oso pardo. Intentaban convencerle para que les acompañara a Comisaría, o al Clínico, qué sé yo. Pero el tipo parecía no entender, largó algún insulto en eslavo y agitó amenazadoramente esos brazos como farolas. Los mossos retrocedieron un paso o dos, y pidieron refuerzos por radio. Yo hubiera pedido un tanque o, mejor aún, una compañía de cosacos bien aprovisionada de vodka, para reducirle con cierta elegancia.
Me fijé en los espectadores. Unos miraban con gusto, otros por accidente, pero a todos nos fascinaba esa bestia siberiana que mantenía a raya a los polis. Uno de ellos intentó, una vez más, hacer entrar en razón a la bestia, pero ésta gruñó enseñando los dientes y lo apartó de un manotazo como quien espanta una mosca. Creí entonces que los mossos lo matarían a hostias, y mi estómago calambreó por la descarga de adrenalina. Menudo acojone, pensé, como cabreen al ruso, la que se va a armar. Me vinieron unas ganas terribles de largarme, pero la curiosidad por ver cómo acababa el marrón pudo más. Los policías miraban inquietos al ruso, esperando los refuerzos; y también nos miraban, con prepotencia, a nosotros los mirones. Menudo contraste, pensé, al bueno mano dura, y al malo no lo molestes, joder. Ya estamos con su proverbial chulería, la misma mierda de siempre.
Como que la cosa parecía estancada y se me hacía tarde, finalmente decidí largarme. Además, no tenía ganas de que me cayera un palo por casualidad. Entonces el ruso se puso en marcha. Sin mirar siquiera a los mossos, que se apartaron de un brinco, pasó por su lado, luego por el mío, cruzó la calle lentamente y se metió en un bar. Me quedé helado. La madre, lo va a destrozar, pensé, o la palmará por la trompa si sigue bebiendo. Los policías se consultaron con la mirada, intercambiaron cuatro palabras en voz baja y cruzaron la calle, dirigiéndonos miradas asesinas a los pocos mirones que quedábamos. Con aire resignado entraron en el bar, tras los pasos del oso, hay que joderse, collons, asiendo con fuerza las porras en sus fundas...
¿Está perdido Afganistán?
Los aspirantes a mártires acuden a la guerra. Horas después de que el mando militar de EEUU reconociese que la insurgencia gana terreno en Afganistán, la OTAN anunció ayer que ha detectado un aumento de los combatientes extranjeros que se unen a los talibán, principalmente de Pakistán, aunque también de Chechenia, Uzbekistán, Arabia Saudí, e incluso de Europa. Mientras, el contingente de la ISAF, la operación liderada por la Alianza, mal organizado, débil y empantanado en una lucha de guerrillas, sigue sin aumentar. La negativa de los países que lo integran a incrementar sus efectivos ante el peligro de sufrir nuevas bajas y la falta de apoyo de sus ciudadanos es un escollo insalvable.
4/10/08
El Arzobispo de Canterbury proclama que "Marx tenía en parte razón"
“Adoradores de ídolos”. Bueno, de un ídolo: “El mercado”, una “abstracción” que debería tener una dimensión “moral” puesto que “no es como una enorme conciencia individual”, sino un negocio “llevado por personas” y no por “una máquina gobernada por leyes inexorables”. “Hace mucho que Marx observó la forma en que el capitalismo desenfrenado se convierte en una forma de mitología, atribuyendo realidad, poder y actividad a cosas que no tienen vida en sí mismas”. Las certeras ideas de Marx y los falsos ídolos del Antiguo Testamento que han regresado en la forma de ‘hedge funds’ ya andan revueltos en las advertencias del Arzobispo de Canterbury. Su segundo, el Arzobispo de York, fue menos literario. Llamó a los hombres de las altas finanzas “atracadores de bancos” y “desplumadores de bienes”. Con sectores islámicos advirtiendo de que esto no estaría pasado en un sistema financiero gobernado por Alá, la siguiente es la crónica del desbocado ataque de los hombres de Dios sobre los hombres del Oro. Por cierto, unos hombres del Oro que ya les han contestado cómo ellos gestionan el dinero de Dios para los Sumos Sacerdotes de la Moral. Con enormes réditos otorgados por el demonio de la especulación, dicho sea de paso.
Resto de la noticia, en Nuevo Digital
3/10/08
Rajoy y Navarra
El PSOE dice que los diputados de UPN se abstendrán en la votación de los PGE
Cumbre de urgencia de diputados y senadores de UPN para analizar el desmarque de Miguel Sanz del PP. Aunque el presidente navarro afirmó que es "sesgado e interesado" decir que pretende "romper" con Génova, el PSOE da por hecho que Salvador y Cervera se abstendrán en la votación de los PGE. Por su parte, según un medio digital, la dirección del Partido Popular ya habría tomado represalias: vetar a Antonio Catalán, importante empresario, y boicotear sus hoteles AC.
Maroni asegura que los gitanos se han ido a la "permisiva España de Zapatero"
El ministro de Interior italiano afirma que los gitanos se han ido a la "permisiva España de Zapatero"
El ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, asegura que muchos de los gitanos de los países del este que había en Italia "se han ido espontáneamente a la más permisiva España de Zapatero", en una entrevista concedida al semanario italiano 'L'Espresso'. En el número que llegará este viernes a los quioscos de Italia, 'L'Espresso' publica una larga entrevista titulada 'Dios perdona, Maroni no', en la que el ministro más famoso del Gobierno de Silvio Berlusconi habla de las numerosas medidas que ha impulsado para mejorar la seguridad en las calles y luchar contra la inmigración clandestina.