por Javier Monjas
El nuevo y máximo responsable para la inmigración en el gobierno británico tomó posesión de su cargo y, en días, entró a saco con propuestas de una contundencia inaudita para el laborismo -y también para el conservadurismo- de Londres. Límites cuantitativos a la inmigración, saber quién entra y quién sale, afrontar el fiasco del multiculturalismo, obligatoriedad de aprender inglés, rechazo al pañuelo musulmán, preferencia de los británicos sobre los inmigrantes en los puestos de trabajo, reconocimiento del “fracaso” laborista en su política de asilo… Incluso, rechazo al uso de la sanidad pública por los ilegales. Menos de 24 horas duró el espectacular ‘mea culpa’. Al día siguiente, un comunicado oficial y una serie de apariciones en los medios llevó a un arrepentido Phil Woolas a defender lo contrario de lo que había dicho unas horas antes. Con un nuevo y no menos espectacular argumento: no hay que tener miedo a una inmigración que crezca sin límites puesto que “la población de la Unión Europea puede ir y venir igual que nosotros (los británicos) vamos y vivimos en España o Francia”.
Nuevo Digital
25/10/08
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3 comentarios:
"Desde las filas conservadoras se han echado al cuello del gobierno de Brown afirmando que, tras este caos de declaraciones y contradeclaraciones, “no se ofrece ninguna política” de inmigración. Algunos medios piden incluso “apoyo” para Woolas en su casi imposible meta de decir lo que quiere decir sin decir lo que piensa."
Parece que el suicidio español no es la nota discordante.
Rajoy: "No es momento de pasar factura a Zapatero"
Deberíamos devolver a Rajoy a su país de origen. O planeta.
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